De las tres veces que he ido a la kokufu esta es la primera que recorro la exposición con el Oyakata (Nobuichi Urushibata). Resulto interesante oír sus comentarios sobre aciertos o fallos de los diferentes árboles expuestos.
He notado en estos cuatro años una tendencia cada vez más acusada a la disminución del número de árboles grandes expuestos. Los chuhim(arboles de tamaño medio) casi han duplicado el número de árboles grandes este año.
Yo pensaba que las normas de la kokufu limitaría el numero de arboles de cada categoría para tener un equilibrio, pero no, no es así.
Es evidente que aquellos grandes clientes dueños de grandes empresas, que invertían en bonsai como forma de ganar prestigio social, están desapareciendo.
La edad media del aficionado al bonsai en Japón es muy alta, y los pocos jóvenes que se incorporan no tienen ni especio ni dinero suficiente para pagar arboles de tamaño grande.
Eso ha hecho que el precio de los arboles grandes baje.
En cambio los precios del resto de los tamaños se mantiene o incluso ha subido en el de los mame.(los arboles más pequeñines).
Como de costumbre los arboles premiados han sido todos granes: Una Azalea, un arce y un Pino Thumbergii.
La ubicación de la exposición en la séptima plaza de un edificio del barrio de Asakusa, la verdad es que no ayuda. Ya el próximo año se volverá al museo metropolitano de arte en el parque Ueno.
Juan me comentaba que después de verla en vivo, casi que le gustaba más verla en el libro. Es normal, de cerca se aprecian más los detalles (alambres, alguna acícula cortada, cicatrices, fallos en general). Es como los modelos, en las revistas salen perfectos….
A mí por mi parte, la impresión que me causo la kokufu de este año, ha sido de menor desasosiego. Ahora me doy cuenta de que algunos de los trabajo que realizo en Taisho-en están a la altura de la kokufu. Eso a nivel de conciencia me tranquiliza.
A nivel no solo de la exposición sino también de mercadillo es la vez que veo menos extranjeros (gente no japonesa). La crisis mundial pasa factura evidentemente.
En cuatro años que es el tiempo transcurrido desde la primera vez que vine, han desaparecido un 35% de los puestos de venta. Y los que quedan muchos se han pasado a la venta de arboles de tamaño más pequeños.
Esto ha motivado que verdaderos especialistas en arboles grandes como es Taiga, se ha tenido que introducir en el mundo del shohin como método de supervivencia.
Hablando con él, me comentaba que tiene que pensar sobre su futuro, porque la cosa no está nada clara.
me sorprende y preocupa lo que comentas....si alli empiezn a dejar de lado el mundo del bonsai mal vamos....De tidos modos dile a Taiga que se venga para Valencia y le buscamos trabajo....
ResponderEliminarestá todo complicado igual los precios ,como en todo , se habían disparado ,habrá cambios en tiempo de crisis es lo que sucede,un abrazo y un lujo leerte
ResponderEliminarcurioso si señor.
ResponderEliminaraunq supongo que aunq se le de de lado al bonsai,no creo que este arte se termine,bajaran los precios eso si jeje.
la crisis es la crisis...yo mismo en mis propias carnes,paqrado que estoy como puedo pensar en akadama,abonos japoneses o mercadillos??? esto arrastra todo y a todos.
saludosss